LO QUE NOS MUEVE

NUESTRO TRABAJO SE SUSTENTA EN UNOS VALORES QUE SON PILARES Y NOS PARECEN CLAVES PARA LA TRANSFORMACIÓN SOCIAL QUE PERSEGUIMOS:

Perspectiva feminista

Una visión estructural de las desigualdades y de todas las violencias de género. El vínculo con el movimiento feminista, el convencimiento de que los valores como la equidad, la diversidad, el placer, el respeto a los límites, el cuidado, la cooperación y la autoestima son elementos imprescindibles para construir una sociedad sostenible y justa dónde las personas nos podamos desarrollar con libertad.

Perspectiva intercultural

Uno de los principales retos para lograr en el campo de la educación y la intervención social es incorporar la mirada intercultural; descolonizar nuestro pensamiento y lenguaje, y situarnos y cuestionarnos el racismo interiorizado, empezando por nosotras mismas. Nuestra apuesta es conocer cómo funciona el sistema sexo-género en cada contexto, reforzando los aspectos que promueven la equidad y los ejemplos positivos que rompen moldes, así como vincularnos con los/las referentes y las figuras de mediación cultural. De esta forma podremos evitar seguir reproduciendo los prejuicios culturales y el etnocentrismo en nuestra tarea educativa.

Perspectiva comunitaria

Las acciones “seta” son necesarias pero insuficientes. Por eso intentamos implicar al máximo de la población de un territorio en nuestras intervenciones, como niños y niñas y jóvenes, los centros educativos, profesionales, familias, personal técnico municipal, el tejido asociativo y los grupos de mujeres, poniendo énfasis en las redes existentes, aprovechándolas y multiplicando su efecto.

Paradigma de las violencias de género

Hablamos de las violencias en plural, ya que contemplamos la violencia machista o violencia verso las mujeres, y también otras violencias que tienen las mismas raíces en el sistema sexo-género o heteropatriarcado, como es la discriminación del colectivo LGBTI (lesbianas, gais, bisexuales, trans e intersex).

Prenvención primaria

Creemos que no podremos erradicar la violencia sin la prevención, es decir, actuando antes de que ésta aparezca. En este sentido, las estrategias principales a desarrollar son la información, la sensibilización, la educación en valores, la coeducación, la educación afectiva y sexual y la formación de profesionales, entre otras.

 

Empoderamiento de las mujeres

Promovemos una conciencia de las infinitas posibilidades de ser, sentir y vivir, para decidir sobre una misma con autonomía y autoestima. Consideramos necesario hacer un trabajo entre mujeres para darnos reconocimiento, compartir saberes y experiencias, repensar el proyecto vital y fortalecer las redes de chicas y mujeres.

La redefinición de las masculinidades

Creemos necesaria la revisión de los parámetros en los cuales se basa el modelo de masculinidad hegemónico para conseguir que más hombres y chicos jóvenes se sumen al compromiso con la equidad de género, la diversidad en todos los sentidos y la no violencia. La implicación de los hombres en el cambio social a partir de la revisión personal y el reconocimiento de los privilegios asociados a la masculinidad son dos elementos fundamentales para erradicar la violencia. Construir nuevas formas de vivir la masculinidad también permite que las personas socializadas como hombres vivan las relaciones y sus emociones de una forma más placiente y saludable.

Aprendizaje significativo

Nuestra metodología es participativa y vivencial, combinando las aportaciones teóricas con dinámicas y materiales de soporte innovadores, intentando conseguir una participación activa frente a la absorción pasiva de conceptos. En este sentido, practicamos la atención y la escucha de todo lo que dice y expresa el grupo, partiendo de sus conocimientos previos y de sus experiencias, poniendo énfasis en el proceso de aprendizaje y de intercambio.

Interseccionalidad

Queremos tener en cuenta la complejidad de las variables entrecruzadas que constituyen experiencias únicas de exclusión o privilegio, en función del género, el origen, la preferencia sexual, la diversidad funcional, el tipo de población (rural-urbana) y la edad, entre otras, tanto en el diseño como en la puesta en práctica y en la evaluación de nuestros proyectos. Intentamos aproximarnos al territorio y no aplicar “fórmulas mágicas” sino adaptarnos al contexto, las necesidades, las problemáticas, las potencialidades, los recursos y las redes existentes.

Trabajo en red

Conocer, compartir y establecer sinergias y colaboraciones nos enriquece mutuamente, nos hace crecer y nos motiva a aprender y ampliar horizontes, mejorando así nuestra tarea. En un contexto de crisis dónde el tercer sector se enfronta a fuertes recortes, se hace necesario encontrar soluciones creativas, buscar juntas la sostenibilidad a partir de la afinidad, la complicidad y el apoyo mutuo.

Conocimientos compartidos y licencias Creative Commons

El proceso de crear conocimiento es largo y no depende de una sola autoría. Queremos dar reconocimiento a todas aquellas personas y colectivos de los que hemos aprendido y nos aportan y, con la lógica del conocimiento compartido, trabajar con licencias Creative Commons para que otros/as puedan continuar añadiendo su granito de arena.